Nada termina siendo lo que un día te parecía, nada tiene el valor que tu creías... y es que por mucho que cierres los ojos y desees verlo enfrente tuya, cuando los abras, el no va a estar allí. Por muy fuerte que los cierres, por muy fuerte que lo desees...
Aunque yo soy la primera tonta en intentarlo... ¡Una, dos, tres!
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